El futuro de la función - Casa de Gobierno, Norman Foster

Joaquín Medina Warmburg 
30/09/2017


Coincidiendo con los primeros pasos del estudio Foster Associates hacia 1967, el ensayista argentino Tomás Maldonado elaboró una sofisticada teoría del diseño ambiental que plasmaría en su libro La speranza progettuale (Design, Nature, and Revolution, en su edición estadounidense de 1972). En uno de los pasajes más polémicos de este ensayo, Maldonado cargó contra Buckminster Fuller y su propuesta de cubrir parte de Manhattan con una enorme campana traslúcida que ofrecería una completa neutralización meteorológica. El principal reproche iba dirigido contra la nula información relativa a las concretas condiciones ambientales imperantes en aquel hábitat artificial. A juicio de Maldonado, el proyecto retrataba a Fuller como un ingeniero de admirable fantasía, pero provisto al mismo tiempo de una peligrosa ingenuidad como ecólogo. En un plano más general, esta crítica implicó el rechazo del utopismo tecnocrático de Fuller, de acuerdo al cual, el mejor aprovechamiento de los recursos mediante tecnologías cada vez más eficientes acabaría por hacer superflua la política, finalmente reemplazada por el diseño.

El proyecto de Norman Foster para la nueva Casa de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires invita a reconsiderar aquellas críticas de Maldonado. El hilo de su genealogía nos conduce sin demasiados rodeos al Climatroffice desarrollado por Foster junto con Fuller en 1971: una burbuja generada mediante tecnologías de control ambiental, en cuyo interior diáfano se desplegaba ya un paisaje de oficinas dispuestas en bandejas escalonadas, complementadas por contenedores de servicios, escaleras mecánicas y una vegetación que evocaba la atmósfera de un gran invernadero. En su combinación de aspectos técnicos y operativos, la propuesta hubiera sido un buen ejemplo de las acciones técnicas concretas que Maldonado reivindicó en su libro como ineludible futura orientación del diseño ambiental. En el compromiso con la industrialización de la arquitectura es clara su afinidad intelectual, de la que da fe también la amistad que unió a Foster con Otl Aicher, el fundador de la Hochschule für Gestaltung de Ulm, de la que a su vez Maldonado fuera profesor, rector y principal agitador cultural. Las nuevas dependencias municipales de Buenos Aires añaden otro nexo, patente en su voluntad de inscribirse en una tradición local al retomar temas recurrentes y formas emblemáticas de la arquitectura moderna en Argentina. Lo que a primera vista pudiera parecer un atributo anecdótico, resulta sin embargo revelador...


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