Libros 

Me falta Italia

Moneo, Built Projects Abroad

Luis Fernández-Galiano 
30/09/2013


Rafael Moneo recibió la Medalla de Oro de la arquitecura española en 2006, y quiso que el volumen conmemorativo correspondiente recogiera únicamente su obra fuera de España. El libro ha visto la luz siete años después, y esta demora ha permitido incluir dieciséis edificios —uno todavía en construcción—, de los cuales sólo diez se habían completado en la fecha de la medalla. Fotografiados ex profeso por Duccio Malagamba (con la excepción de la residencia del Embajador de España en Washington, para la que se usa un reportaje de Michael Moran), y presentados con una cuidadosa y sobria diagramación que combina las exquisitas imágenes en blanco y negro con planos y dibujos, los proyectos construidos —se han excluido los concursos— dan cuenta cumplida de la presencia internacional del arquitecto navarro, que se ha responsabilizado de la edición del libro, y frente a cuyo prólogo aparece retratado por Álvaro Felgueroso ante las puertas del Prado de Cristina Iglesias.

Dispuestos en orden inverso a su fecha de terminación —lo que coloca en primer lugar al edificio de la Universidad de Columbia, cuya fotografía ilustra esta reseña— los proyectos reciben todos el mismo número de páginas, se inician siempre con un gran plano de situación a página completa que reproduce una extensa zona de la ciudad o campus donde se ubica cada uno, y se cierran unánimemente con vistas generales a sangre y doble página, lo que da al volumen un disciplinado ritmo musical. Sólo la ampliación de la casa de un colega universitario en Massachusetts y el proyecto en curso en Princeton son objeto de un tratamiento más somero; los restantes catorce edificios desfilan ordenada y homogéneamente por el libro, como si el padre de estas criaturas arquitectónicas hubiera puesto especial empeño en tratarlas a todas de igual manera, sin preferencias ni privilegios, por diferente que haya sido su acogida crítica o la importancia de cada una en su trayectoria.

La presentación de Juan Antonio Cortés pone énfasis en la variedad de los proyectos, que responde cada uno a sus circunstancias específicas, y la secuencia de grandes planos de situación avala este comentario, porque los muestra a todos subordinados a su entorno, y perfectamente fundidos con la morfología y grano de sus emplazamientos; pero muchas de las obras manifiestan también rasgos formales que asociamos al lenguaje de su autor —sean los lucernarios lineales en cubierta, las fachadas horizontalmente rayadas o los patrones decorativos en espiga—, y estos estilemas contribuyen a dar coherencia a un conjunto ciertamente diverso.

Aunque la obra más temprana —el Museo Davis en Wellesley College— no se inició hasta 1990, Rafael Moneo ha querido fechar el comienzo de este Porfolio Internacional en 1985, año de su llegada a Harvard, que impulsaría decididamente su proyección fuera de España, y muy especialmente en Estados Unidos; de hecho, diez de las dieciséis obras están en este país, y seis de ellas albergan instituciones culturales en la costa este norteamericana. Fuera de América, los Souks de Beirut y cinco obras europeas en Suecia, Alemania, Bélgica, Países Bajos y Suiza; pero, como Moneo comenta en la entrevista biográfica con Borrego, Montenegro y Toro, «me falta Italia, realmente me falta Italia». Para un arquitecto que, hace ahora medio siglo, celebró su luna de miel en Palermo, Nápoles y una estancia en Roma que se prolongaría durante dos años, es una ausencia importante, pero también un hueco que su tenacidad sin duda logrará llenar en el largo trecho que le queda por recorrer. 


Libros reseñados:

Rafael Moneo

Portfolio internacional, 1985-2012

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