Segunda jornada. ‘Eficacia y placer’

22/06/2012

Dedicada a la eficacia y el placer, la segunda jornada del congreso ‘Arquitectura: lo común’ ha comenzado con una ponencia de Antonio Cruz quien, presentado por el sociólogo José Miguel Iribas, ha explicado tres importantes proyectos —la estación de autobuses de Huelva, la estación de ferrocarril de Basilea, y la rehabilitación del Rijksmuseum en Ámsterdam— que han abordado de manera disímil distintos aspectos relacionados con lo común. El sevillano ha enfatizado el papel de las infraestructuras en la configuración del espacio público, y el complejo papel del arquitecto como mediador entre los requerimientos de la arquitectura en cuanto disciplina y los de los ciudadanos, en ocasiones contrapuestos. A la intervención de Antonio Cruz ha seguido la del suizo Roger Diener, que ha repasado la trayectoria de su estudio —el edificio de viviendas en Java Einland de Ámsterdam y la ampliación del Museo de Historia Natural de Berlín, entre ellos—, y cuya interpretación de lo común ha incidido en la atención a las condiciones específicas de cada lugar, abundando en la idea de la arquitectura como restauración de la memoria colectiva. Las anteriores intervenciones han constituido el telón de fondo de un debate sobre la eficacia en la arquitectura, moderado por el crítico francés François Chaslin, en el que Antonio Cruz ha propuesto la idea de una eficacia formal de la arquitectura, fundada en el uso de pocos recursos estilísticos, a la que Roger Diener ha contrapuesto la de una eficacia temporal, basada en el modo en que los edificios envejecen y se relacionan con la memoria del lugar donde se emplazan. Presentada con una vibrante intervención en la que José María Fidalgo ha defendido el compromiso ético y a la par estético de la arquitectura, la sesión dedicada al placer de lo común ha comenzado con la ponencia de Manuel Aires Mateus, en la que ha desgranado las claves de una escuela, tres casas y dos ruinas, obras que han servido para repasar aspectos como la escala, la memoria colectiva y el paso del tiempo. A esta ponencia ha seguido un debate, moderado por el diseñador Juli Capella, sobre la condición placentera de la arquitectura. En él José María Fidalgo ha apostado por identificar la ética con la estética, considerando la arquitectura como un modo de restaurar la condición humana; Luis Fernández-Galiano, apelando a la noción vitruviana de venustas, ha recordado que el placer, en el contexto de la arquitectura, tiene vocación de servicio: es siempre placer para los otros; finalmente, Manuel Aires Mateus ha identificado la emoción estética suscitada por los edificios con una ‘ventana abierta’ al compromiso cívico. En la última conferencia de la jornada, el esloveno Vasa Perović ha comentado la obra de su estudio desde una doble perspectiva: lo común como lo cercano —apoyándose, en su caso, en la historia y el contexto de su país–, y la pequeña escala de lo común, es decir, el ámbito en el que, a través de las relaciones establecidas entre los miembros de una familia, un vecindario o una pequeña comunidad, se miniaturizan las condiciones que se dan en la escala mayor de la vida pública. vídeo resumen fotos: Montse Zamorano

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