Ampliación del Museo Nacional Etnográfico, Arnhem
Mecanoo 

Ampliación del Museo Nacional Etnográfico, Arnhem

Mecanoo 


La relación de la arquitectura holandesa con el paisaje es especialmente amplia y profunda; el territorio se conquista y modifica constantemente, de forma que lo artificial no se entiende como opuesto a lo natural. El Museo Nacional Etnográfico, fundado en 1912, ha llegado a ser una institución relevante de la vida cultural. Se encuentra en un parque forestal de 18 hectáreas, y es un museo al aire libre, con grandes árboles y casi un centenar de edificaciones típicas de varias regiones de los Países Bajos y de distintos momentos de su historia, que muestran esa relación entre el mundo natural y el construido y que albergan una significativa colección de vestimentas, joyas y otros objetos cotidianos. El incremento de ese fondo, además de la necesidad de hacer que las actividades del museo dependieran lo menos posible de los caprichos de la climatología, decidieron su ampliación con espacio de exposición adicional, una nueva tienda, una cafetería y un teatro multimedia.

¿Es un huevo de dinosaurio o un peñasco? El visitante encuentra un extraño objeto, de aspecto vagamente prehistórico —por su revestimiento de planchas de cobre— y enormes proporciones, antes de acceder al parque-museo. Un muro cerámico de 140 metros de longitud, a modo de incisión precisa en el terreno horizontal, marca la entrada al recinto y sirve como ‘espinazo’ que sustenta el resto de los elementos de la ampliación. La diferente textura, el color y el corte cambiante de las piezas que componen este lienzo interminable aluden a la orientación temática del museo, adquiriendo una cualidad más abstracta desde lejos y una carnalidad vernácula en la visión más próxima. Es un homenaje a materiales y técnicas tradicionales, pero también a maestros como Dudok o Berlage, y a tantos arquitectos anónimos que han convertido el ladrillo en una seña de identidad del país.

Un sendero pavimentado atraviesa el muro y también las nuevas instalaciones para adentrarse en el parque, sirviendo para segregar la pequeña tienda del resto del programa. Provisto de una cubierta plana y con una estructura de madera revestida de vidrio, el pabellón que lo alberga, de 15 x 60 metros, es sencillo y austero, organizado en dos cajas: en una de ellas, elevada, se sitúan las oficinas; en otra y en planta baja se encuentran la cafetería con terraza, el punto de información y un centro educativo. En determinadas partes de los suelos de hormigón se han embebido monedas, cuentas y distintos abalorios como pequeñas curiosidades; en otras, cantos rodados que forman una suerte de alfombra petrificada; y se ha utilizado asimismo roble para hacer más cálido el descenso que conduce bajo tierra, donde se despliegan más de 800 metros cuadrados de salas de exposición neutras y sin luz natural, fáciles de adaptar a cualquier tipo de montaje. En este mundo subterráneo y artificial que predispone el ánimo a las emociones fuertes el elemento principal es el teatro multimedia, que el público ha visto ya surgir de la tierra, y en cuyo interior —18 metros de altura, 20 de anchura y 40 de longitud—una plataforma móvil conduce a los visitantes a través de un ajetreado viaje de los sentidos por la historia, la cultura y las tradiciones holandesas...[+]


Obra
Ampliación del Museo Nacional Etnográfico, Arnhem. 

Cliente
Museo Nacional Etnográfico. 

Arquitectos
Mecanoo: Francine Houben, Aart Fransen, Michel Tombal, Alfa Hügelmann, Joke Klumper, Pascal Tetteroo, Patrick Eichhorn, Rick Splinter, Michael Dax, Saskia Hebert, Theo Kupers. 

Colaboradores
Techn. Management, Imtech, Ergon (instalaciones). 

Contratista
Strukton. 

Fotos
Christian Richters.