Situada en las inmediaciones del Jardín del Príncipe, en el Barrio Alto de Lisboa, la parcela entre medianeras donde se sitúa la vivienda tiene 41 metros de superficie, lo cual obligó a distribuir el programa doméstico en cinco alturas, a razón de una estancia por planta. Todas ellas se conectan a un pequeño atrio de sección variable, por donde entra la luz, y que hace las veces de chimenea solar que permite la ventilación natural durante el verano. Desde el punto de vista constructivo, lo más singular del edificio es su fachada principal, que está compuesta por piezas cerámicas cuyos motivos decorativos sintetizan de una manera muy sutil los tradicionales que definían la piel del edificio preexistente. Así, la envolvente está formada por tres tipos de piezas: plaquetas planas de tonos verdosos, plaquetas en relieve y finalmente contraventanas de cobre perforado, en el mismo color. Todo ello colocado sobre una estructura metálica ligera dotada de una gran capa de aislamiento térmico y acústico.