Cementerio, Camarma de Esteruelas
Carlos Puente 


Referencias populares se anudan con otras procedentes de la arquitectura funeraria clásica en la ampliación de esta necrópolis en una pequeña localidad agrícola y mesetaria. Una tapia de simple revoco envuelve las nuevas fosas, cuya ordenación, junto a la plantación de setos, crean reductos de intimidad. El atrio, flanqueado en el interior por dos salas y protegido por un sencillo faldón de teja árabe, es un espacio de transición sobrio y solemne, de encuentro y espera, dividido por una columna de mármol blanco. Una mezcla de mármol de Macael y cemento blanco encofrado con cañas para obtener una textura rugosa se emplea para el túmulo destinado a la despedida de los difuntos y en el pavimento. El reloj sin manecillas sobre el portalón de aluminio señala que el tiempo se ha detenido en el umbral entre la vida y la muerte.