Su carácter temporal y su función han determinado en buena medida el sistema constructivo y la forma de este pabellón que se levanta sobre los tejados del caserío histórico de Kongsberg (Noruega) para acoger durante tres semanas un prestigioso Festival de Jazz, antes de ser desmontado por completo y almacenado durante el resto del año. Concebido para acoger bandas de jazz —en las que conviven los instrumentos de viento con la cuerda de los contrabajos, que requieren amplificación—, el pabellón se ha diseñado como una gran concha acústica que funciona también como un telón de fondo donde pueden proyectarse haces luminosos. Con un altura de 20 metros y una longitud de 40, la estructura, que sólo se apoya en dos puntos en el suelo, está construida con un anillo neumático de un metro de sección al que se conectan lonas tensadas. Estas lonas están fabricadas con un tejido especial de hilos de PVDF (polifloruro de vinilideno) recubiertos de PVC (policloruro de vinilo), que dotan a la carpa con una gran resistencia en ambientes agresivos y favorecen asimismo la difusión de la luz por la superficie. Todo el conjunto se sostiene mediante un esqueleto de piezas acero galvanizado de cinco metros de longitud: el módulo más adecuado para su transporte en contenedores convencionales.