Iglesia del Santísimo Redentor, La Laguna
Fernando Menis 

Iglesia del Santísimo Redentor, La Laguna

Fernando Menis 


La iglesia del Santísimo Redentor está dedicada al episodio de la resurrección, uno de los momentos cruciales de la narración bíblica. Ubicada en una zona residencial anodina de San Cristóbal de La Laguna, la segunda ciudad de la isla de Tenerife, sus volúmenes fracturados emergen de una suerte de cráter excavado para salvar la importante pendiente de la parcela. En contraste con su entorno de edificios de viviendas en tonos pastel, la aspereza del tratamiento de los pavimentos, de los muros de contención del terreno y de los muros de la propia iglesia ofrece una imagen que semeja un afloramiento del paisaje tinerfeño en plena ciudad, como si la naturaleza luchara contra la domesticación urbana.

La nueva iglesia aparece en el terreno como una formación geológica, con sus volúmenes pétreos y astillados. La aspereza del hormigón sin tratar produce un fuerte contraste en su entorno residencial convencional.

Cuatro grandes volúmenes de hormigón separados por unas estrechas fisuras de vidrio conforman un edificio austero y despojado, que prescinde en su ascesis de todo elemento superfluo. La contundencia volumétrica y el manejo preciso de la luz natural son las herramientas para modelar unos espacios interiores cuyo objetivo es incitar a la reflexión y la meditación. En ellos, la luz entra a través de los cortes con una direccionalidad clara, jugando un papel esencial en la liturgia, y configurando un vacío fluido e introvertido. Con el estudio minu-cioso de la iluminación natural se ha tratado de potenciar cada uno de los sacramentos cristianos. En este sentido, con las primeras horas del día el sol se introduce a través de la cruz que preside el espacio tras el altar, originando una cascada de luz que simboliza la entrada a la cueva en la que fue enterrado Jesucristo, e iluminando la pila bautismal, la primera luz del cristiano. A mediodía y a través del lucernario se ilumina el altar, la confirmación y la eucaristía. Poco después, un haz de luz se derrama frente al confesionario sobre el sacramento de la penitencia. La disposición estratégica de los lucernarios logra el mismo efecto sobre la unción, el matrimonio y la orden sacerdotal.

El hormigón se sometió a varios tratamientos para adaptarlo a las necesidades de cada espacio. Su ubicuidad caracteriza todo el edificio, consiguiendo un despojamiento que busca lo ascético y espiritual.

La gran inercia térmica que consiguen los muros de hormigón contribuye a aumentar la eficiencia energética del edificio. Asimismo, la combinación del hormigón compuesto con árido de picón y su posterior picado deja al descubierto unas superficies rugosas que presentan un grado de absorción acústica superior al del hormigón convencional y que logran evitar el eco. El uso de este material permite resolver de una vez exterior, interior, estructura, forma, materia y textura. Por otro lado, la posibilidad de construir por fases los cuatro módulos del templo ha permitido optimizar los recursos económicos.

Como única concesión al rigor de los volúmenes de hormigón, en las fisuras que los separan se levantan una estructuras escultóricas de metal y vidrio. A su través la luz natural se introduce de manera dramática.


Cliente Client

Parroquia del Santísimo Redentor

Arquitecto Architect

Fernando Menis

Colaboradores Collaborators

Maria Berga, Niels Heinrich, Andreas Weihnacht, Juan Bercedo, Sergio Bruns, Roberto Delgado; Andrés Pedreño, Rafael Hernández (aparejadores quantity surveyors)

Consultores Consultants

Pedro Cerdá (acústica acoustics); Ojellón Ingenieros, Milian Associats, Nueva Terrain (instalaciones?services)

Contratista Contractor

Carolina Construcciones

Fotos Photos

Simona Rota, Miguel de Guzmán, Kim Yong Kwan