Performing Pavilion en Madrid
SOLAR 

Performing Pavilion en Madrid

SOLAR 


Performing Pavilion propone una revisión de la casa-taller como un nuevo paradigma del vínculo entre la obra de arte, su lugar de producción y los modos de vida contemporáneos.

Resultado de la ampliación de una vivienda existente, este espacio de producción artística, como entorno físico y simbólico, está concebido como un elemento catalizador del proceso creativo de una artista cuyo trabajo combina la música, la danza y la performance. La propuesta final, un sencillo contenedor inspirado en el imaginario del estudio de un artista (grandes ventanales, espacios multifuncionales y una paleta de materiales reducida), responde a tres factores fundamentales.

Más que un techo sobre nuestras cabezas
Tradicionalmente, las cubiertas nunca han sido más que la parte superior del edificio que impide que la lluvia y el frío entren en el edificio. Los marcos políticos y normativos actuales desechan estos espacios ‘ocultos’ como una segunda capa de la ciudad, más allá de la instalación de paneles fotovoltaicos y cubiertas verdes.

Diseñado como un prototipo de ocupación, el pabellón se asienta sobre la azotea de un bloque de viviendas aprovechando el potencial que ofrecen estos lugares de oportunidad para hacer frente a los problemas urgentes de nuestro tiempo: la emergencia climática, la escasez de suelo, la crisis de vivienda y la limitación de recursos.

Lógicas logísticas
La segunda estrategia responde a las complicaciones logísticas del emplazamiento del pabellón: un edificio de quince plantas equipado con un montacargas de apenas (1,3 x 1,1 x 2,15 metros) como único elemento de elevación de material. En este contexto, se optó por un sistema constructivo basado en el ensamblaje de pequeños elementos de acero —un entramado de pilares, vigas y una cercha— dando lugar a una estructura espacial que configura el volumen exterior y libera el interior de apoyos . Este sistema, además de solventar el problema inicial, permite un posible desmontaje y posterior reutilización de todos los elementos, reduciendo la huella de carbono final del conjunto.

Espacio elástico
Por último, la naturaleza de la obra de la artista requería un interior amplio y versátil capaz de atender las demandas espaciales de las distintas disciplinas que confluyen en su trabajo, así como las necesidades vitales cambiantes de su familia. Como respuesta a estos condicionantes, el programa de apoyo —una cocina, un baño y almacenaje— se traslada a una banda de 1,10 metros de ancho dando lugar a una única estancia flexible, autónoma e indeterminada de 6,5 x 3,5 x 3,5 metros abierta a una generosa terraza. La percepción del tamaño y de la escala se ven alteradas por el revestimiento de espejo del ‘muro equipado’ en el que se reflejan la estructura y el horizonte de la ciudad, dando lugar a un espacio cambiante a lo largo del día.

Foto: Solar

Foto: Solar

Foto: Solar