En el centro del campus de Coimbra, un solar triangular limitado al sur por una calle peatonal fue elegido para levantar una residencia de estudiantes. Con un bosque como telón de fondo, el edificio se une a la silueta de torres que corona el recinto universitario. Las habitaciones se agrupan así de dos en dos en un prisma esbelto apoyado sobre una plataforma de baja altura perforada con patios que alberga las dependencias comunes, ciñéndose al contorno anguloso de la parcela. Consecuente con la claridad de este esquema compositivo, la envolvente se reviste de bloque de hormigón en los paramentos ciegos, para subrayar con su mutismo la superficie cambiante de los frentes de habitaciones, ocultos tras un empanelado de madera enrasado con las contraventanas del mismo material, que desdibujan la sucesión repetitiva de las ventanas...
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