Gente 

Attila y Tristán, la imaginación romántica

Luis Fernández-Galiano 
31/12/2012


El romanticismo es una actitud y un periodo. Como actitud estética, impregna la obra toda de Jacques Herzog y Pierre de Meuron, desde el primitivismo naturalista de materiales, texturas y pátinas hasta la violencia inesperada de las pieles o los gestos; y como periodo artístico, entra en resonancia con la sensibilidad de los suizos cuando el azar o el destino pone en sus manos la escenografía para dos óperas de ese momento, el Attila de Giuseppe Verdi y el Tristán e Isolda de Richard Wagner. En esas arquitecturas efímeras para el teatro y la música cristaliza su imaginación romántica con más nitidez que en las obras construidas: al servicio de los cuerpos y la voz, los escenarios levantados en Nueva York y Berlín expresan abreviadamente su trayectoria artística, y al tiempo la exacerban, manifestando sus conflictos y sus fortalezas. Tan diferentes como los lenguajes de los dos compositores —que nunca llegaron a encontrarse, y cuya mutua falta de aprecio es bien sabida—, y acaso reflejando en su contraste la vieja pugna entre el bel canto y los wagnerianos, las escenografías de Attila y Tristán deben contarse entre las arquitecturas más líricas y pedagógicas de Herzog [+][+]


Etiquetas incluidas: