Shanghai times square es el resultado de intervenir sobre un edificio comercial de nueve plantas y más de 53.000 metros cuadrados. El objetivo fue dar cobijo a 170 establecimientos, la mayor parte tiendas de ropa, pero también algunos restaurantes. La estrategia principal fue convertir los atrios en los componentes fundamentales del interior, que permiten la iluminación natural y la ventilación, al tiempo que funcionan como elementos simbólicos, como una suerte de ágoras para el intercambio social. Estos atrios se abordan desde cierto pintoresquismo: mientras que su sección va variando gradualmente para tensionar las vistas hacia arriba y crear visiones diagonales que enriquecen la experiencia espacial, su superficie se reviste de esbeltísimos tubos de aluminio que favorecen la permeabilidad y la iluminación.