Sede del diario ‘Turun Sanomat’, Turku
Alvar Aalto 

Sede del diario ‘Turun Sanomat’, Turku

Alvar Aalto 


Cuando Arvo Kitonen, el propietario del principal periódico progresista de Turku (el Turun Sanomat) encargó a Aalto el proyecto de su nuevo edificio de oficinas y producción a finales de 1927, el joven arquitecto finlandés era ya, junto con su amigo y ocasional colaborador Erik Bryggman, uno de los principales adalides del credo funcionalista en su país. Sin embargo, hasta el momento sólo había tenido ocasión de poner a prueba el nuevo vocabulario en algún concurso y sobre todo en el llamado ‘bloque de apartamentos Estándar’, construido aquel mismo año en Vaasa. El proyecto del Turun Sanomat —en el que Aalto comenzó a trabajar en enero de 1928— se convirtió así prácticamente en un catálogo de los cinco puntos enunciados por Le Corbusier como los rasgos de identidad de la nueva arquitectura: la retícula de pilotis, la planta libre, la cubierta aterrazada, la composición libre de fachada y las ventanas corridas.

En su forma final —resultado de un proceso de elaboración que culminó en julio de 1929— el edificio se presenta básicamente como un cuerpo en forma de C que reúne todo el programa en torno a un patio de manzana, con las tiendas en la planta baja, la rotativa y el almacén en el sótano y los despachos y apartamentos en las plantas superiores. Es en el cuerpo que cierra el solar hacia la calle, formando la fachada principal, donde se concentran los elementos compositivos que otorgan carácter al edificio. Un gran hueco acristalado de doble altura y una estrecha grieta —donde se sitúa la entrada a las oficinas— actúan como contrapunto vertical a la dominante horizontal de la fachada. El retranqueo de la última planta y la configuración facetada de los escaparates de las tiendas aportan la nota volumétrica a una fachada fundamentalmente plana. Este carácter escultórico —especialmente patente en la torre cilindrica que domina el interior de manzana— y la idea de proyectar la primera plana del periódico en el interior del hueco acristalado revelan la influencia del Constructivismo ruso.

Terminado en la primavera de 1930, el edificio es importante también desde el punto de vista del desarrollo del lenguaje aaltiano, ya que muestra por primera vez algunos de los rasgos que caracterizarían su obra a partir de entonces: desde el incipiente ‘organicismo’ que revelan los pilares del almacén de papel y de la rotativa, hasta los lucernarios circulares que iluminan esta última o la escalinata principal que asciende entre dos paredes de hormigón revestidas de estuco pulido. Desgraciadamente, el interior del edificio ha sufrido graves alteraciones en el transcurso del tiempo... [+]